El pasado ya no puede herirte… a menos que tú lo
permitas. – V
Cuentan que la vida es un juego y que luego te
quitan el tablero. Te ofrecen máscaras, y disfraces, y un esbozo de historia, y
luego te dejan improvisar su cabaret del vicio. – V
Vuelvo a las esquinas del pasado, incluso a las
oscuras y sórdidas, sólo porque tú estuviste allí. – Rosemary
Debo admitir que todos podemos equivocarnos alguna
vez, pero cometer los mismos errores letales siglo tras siglo me parece
intencionado. – V
La felicidad es la cárcel más insidiosa de todas. –
V
¿Es que la felicidad vale más que la libertad? – V
Tienes miedo porque puedes sentir la libertad
dentro de ti. Tienes miedo porque la libertad es terrorífica. No huyas, Evey.
Una parte de ti entiende la verdad aunque otra parte simule que no la entiende.
– V
No se puede confiar en las mayorías silenciosas,
Evey. El silencio es algo frágil… Un ruido fuerte y se acabó. Aunque la gente
está tan intimidada y desorganizada… algunos aprovecharán la oportunidad para
protestar, pero no será más que una voz que grita en el desierto. El ruido es
en relación al silencio que le precede. Cuanto más absoluto es el silencio, más
impactante es el trueno. Durante generaciones, nuestros señores no han oído la
voz del pueblo, Evey. Y suena mucho, mucho más fuerte de lo que pueden
recordar. – V
EVEY: ¿Es esto la Tierra de Haz Lo Que Quieras?
V: No. Esta es la Tierra de Llévate Lo Que Quieras.
Anarquía significa “sin líderes”, no “sin orden”. Con la anarquía llega la edad
del Ordung, del orden real; es decir, del orden voluntario. La edad del Ordung
comenzará cuando el incoherente ciclo del Verwirrung que estás escuchando
finalice. Esto no es la anarquía, Eve. Es el caos.
El orden involuntario
alimenta la insatisfacción, madre del desorden, padre de la guillotina. Las
sociedades autoritarias son como el patinaje sobre hielo: intrincadas, de una
precisión mecánica y, sobre todo, precarias. Dentro de la frágil corteza de la
civilización se agita el caos… y existen lugares donde el hielo es delgado a
traición.
Cuando la autoridad detecte
que el caos le pisa los talones usará las estratagemas más infames para salvar
su fachada de orden… Pero el orden sin justicia, sin amor o libertad no puede posponer
el descenso de su mundo al Pandemonium.
La autoridad permite dos
roles: el torturador y el torturado. Transforma a la gente en tristes maniquíes
que temen y odian mientras la cultura cae en el abismo.
La autoridad deforma el
trasero de sus hijos. Convierte su amor en una pelea de gallos…
El colapso de la autoridad destruye habitaciones,
aulas, iglesias y escuelas por igual. No hay control. La igualdad y la libertad
no son lujos que se puedan dejar de lado como si nada. Sin ellas, es inevitable
que el orden alcance profundidades difíciles de imaginar- V
Es una historia confusa y
triste de corazones traicionados y lealtades perdidas.
V de Vendetta, de Alan Moore y David Lloyd