Sin ti las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer. - Hipólito
PADRE: ¿Cómo va tu trabajo?
AMÉLIE: Ya me lo has preguntado papá.
PADRE: Sí, si... ¿te van bien las cosas?
AMÉLIE: Bastante bien. He tenido dos infartos y tuve que abortar porque tome crack estando embarazada.
PADRE: Ah...
AMÉLIE: A parte de eso todo va bien.
AMÉLIE: Esa chica del vaso de agua, creo que está distraída porque está pensando en alguien.
VIEJO DE CRISTAL: ¿Te refieres a alguien del cuadro?
AMÉLIE: No... quizá un chico con quien ella se cruzó y le dio la impresión de que los dos se parecían.
VIEJO DE CRISTAL: O sea que ella prefiere imaginarse una relación con alguien ausente que tener una con los que están a su lado.
AMÉLIE: No sé. Quizá sea lo contrario y ella se desvive por arreglar la vida de los demás.
VIEJO DE CRISTAL: ¿Y de ella? ¿De todos los desarreglos de su vida quién se ocupará?
¿Me desea? ¡Digo...! ¡¿Qué desea?! - Georgette
Son tiempos difíciles para los soñadores.
- No idiota, está enamorada.
- Pero si no la conozco.
- Claro que la conoces.
- ¿Desde cuándo?
- Desde siempre. En tus sueños.
- Pero si no la conozco.
- Claro que la conoces.
- ¿Desde cuándo?
- Desde siempre. En tus sueños.
Malograr su vida es para todo ser humano un derecho inalienable.
Me gusta esa palabra, fracasado. Así se escribe el destino humano, fracasando. De fracaso en fracaso no superamos nunca la fase de borrador. La vida sólo es el interminable ensayo de una obra que nunca se estrenará. - escritor
PORTERA: ¿Cree en los milagros?
AMÉLIE: Hoy no.
Amélie, de Jean-Pierre Jeunet