sábado, 9 de junio de 2012

Mariela Michelena

Hay una exigencia de perfección y una ilusión de omnipotencia. Eso genera un sentimiento de perplejidad y de culpa.

La sociedad no inventó el príncipe azul, es el heredero de esa madre eterna, infinita, perfecta, que todos soñamos y no tenemos.

Huimos del dolor como si fuera contagioso.

Uno debe estar dispuesto a dar, pero también a recibir.

Mariela Michelena, psicoanalista

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