jueves, 11 de julio de 2013

Profesor Lazhar



BASHIR: “Mi escuela es bonita. Tal vez no sea la más bonita, pero es la mía. Al principio, cuando empecé a venir aquí, mi madre decía que la escuela era bonita. Yo personalmente la encontraba correcta. Pero seis años después yo también la encuentro bonita, porque es la mía. Un bonito patio para jugar al fútbol, al baloncesto. Ahí es donde los padres dejan a sus hijos por la mañana. Ellos nos cuidan, comprueban si tenemos piojos, cómo tenemos los dientes, si somos niños agresivos, o bien, si somos hiperactivos. Pero esta bonita escuela es donde Martine Lafortune se colgó, con su fular azul, de una tubería, un miércoles por la tarde. Mi madre estaba en Miami, porque es piloto de avión. Ojalá hubiera vuelto enseguida, porque yo lo pasé muy mal. Martine Lafortune estaba decepcionada de la vida. Lo último que hizo fue tomar una silla de una patada. A veces pienso si quiso enviar un mensaje violento. Cuando somos violentos se nos castiga, pero a Martine Lafortune no la podemos castigar, porque está muerta.” (Alice)
He venido a pedirle permiso para distribuir el texto por toda la escuela.
MME VALLANCOURT: ¿Por qué?
BASHIR: En este texto hay un deseo de comunicar, un deseo de hablar de la muerte entre todos.
MME VALLANCOURT: No.
BASHIR: ¿Puedo preguntarle por qué?
MME VALLANCOURT: Creo que el texto es violento.
BASHIR: La vida es violenta, no el texto.
MME VALLANCOURT: Sería faltarle al respeto a Martine.
BASHIR: ¿Y cree que la señora Lafortune respetó a sus alumnos al ahorcarse en el aula?

Una palmadita de ánimo y ¡ah!, ya no tienes juicio. Mi hijo volvió de unas colonias con quemaduras de segundo grado en la espalda porque al monitor no le dejan poner crema protectora. Hoy hay que tratar a los niños como si trataras con residuos radiactivos. No los toques o te quemas. Intenta enseñarles a hacer gimnasia sobre un potro sin tocar a los niños. Es imposible. Pues yo cojo el silbato y les hago dar vueltas como gilipollas, y ellos me toman por gilipollas. - Gaston

CLAIRE: A las violeta también hay que hablarles. Háblale de ti, Rashir.
BASHIR: Se morirá de aburrimiento.
CLAIRE: Qué pena que pienses así.



Profesor Lazhar, de Philippe Falardeau

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