BASHIR: “Mi
escuela es bonita. Tal vez no sea la más bonita, pero es la mía. Al principio,
cuando empecé a venir aquí, mi madre decía que la escuela era bonita. Yo
personalmente la encontraba correcta. Pero seis años después yo también la
encuentro bonita, porque es la mía. Un bonito patio para jugar al fútbol, al
baloncesto. Ahí es donde los padres dejan a sus hijos por la mañana. Ellos nos
cuidan, comprueban si tenemos piojos, cómo tenemos los dientes, si somos niños
agresivos, o bien, si somos hiperactivos. Pero esta bonita escuela es donde
Martine Lafortune se colgó, con su fular azul, de una tubería, un miércoles por
la tarde. Mi madre estaba en Miami, porque es piloto de avión. Ojalá hubiera
vuelto enseguida, porque yo lo pasé muy mal. Martine Lafortune estaba
decepcionada de la vida. Lo último que hizo fue tomar una silla de una patada.
A veces pienso si quiso enviar un mensaje violento. Cuando somos violentos se
nos castiga, pero a Martine Lafortune no la podemos castigar, porque está
muerta.” (Alice)
He venido
a pedirle permiso para distribuir el texto por toda la escuela.
MME VALLANCOURT:
¿Por qué?
BASHIR: En
este texto hay un deseo de comunicar, un deseo de hablar de la muerte entre
todos.
MME VALLANCOURT:
No.
BASHIR: ¿Puedo
preguntarle por qué?
MME VALLANCOURT:
Creo que el texto es violento.
BASHIR: La
vida es violenta, no el texto.
MME VALLANCOURT:
Sería faltarle al respeto a Martine.
BASHIR: ¿Y
cree que la señora Lafortune respetó a sus alumnos al ahorcarse en el aula?
Una
palmadita de ánimo y ¡ah!, ya no tienes juicio. Mi hijo volvió de unas
colonias con quemaduras de segundo grado en la espalda porque al monitor no le
dejan poner crema protectora. Hoy hay que tratar a los niños como si trataras
con residuos radiactivos. No los toques o te quemas. Intenta enseñarles a hacer
gimnasia sobre un potro sin tocar a los niños. Es imposible. Pues yo cojo el
silbato y les hago dar vueltas como gilipollas, y ellos me toman por
gilipollas. - Gaston
CLAIRE: A
las violeta también hay que hablarles. Háblale de ti, Rashir.
BASHIR: Se
morirá de aburrimiento.
CLAIRE: Qué
pena que pienses así.
Profesor Lazhar, de Philippe Falardeau
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