martes, 29 de mayo de 2012

Enredados

RAPUNZEL: Llevo mirando por una ventana dieciocho años soñando cómo me sentiré cuando vea esas luces elevándose hacia el cielo. ¿Qué pasará si no es como yo lo he soñado?
EUGENE: Lo será.
RAPUNZEL: Y si lo es, ¿qué haré después?
EUGENE: Tiene su parte buena, podrás buscarte un nuevo sueño.

Tú eres mi nuevo sueño. - Eugene

¿Te había dicho que siempre me gustaron las morenas? - Eugene






Enredados, de Nathan Greno y Bryon Howard

Sin frenos

Sin frenos, la quinta estación

Sin frenos
Soy de lejos el peor de mis fantasmas.
No trates de pararme porque puede que te arrastre hacia el vacío.
Tan sencillo que hay momentos en que lo complico, por cruzarme un poco más en tu camino, por pensar que no soy parte de tu olvido.
Se me escapa el aire mientras olvido destinos que nunca pudimos cambiar.
 
Recuérdame
Cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan, recuérdame.
Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado.
Recuérdame cuando sientas que tu alma está inquieta.
 
Esta noche no
Ayer la musa se fue a por tabaco y nunca volvió…
No le quedan ganas a este corazón.
 
Te supieron a poco
Seguiré imaginando el azul de tus ojos mientras bebo mentiras de los labios de otro.

sábado, 26 de mayo de 2012

Buscando a Eric

A veces los recuerdos bonitos son los más difíciles de superar. - Cantona

El que prevé todos los peligros jamás surcará los mares. - Cantona

Siempre hay más opciones de las que creemos, siempre. - Cantona

La venganza más noble es el perdón. - Cantona

El que siembra vientos recoge tempestades. - Cantona


Buscando a Eric, de Ken Loach

viernes, 25 de mayo de 2012

Mil soles espléndidos

Como una aguja de una brújula apunta siempre al Norte, así el dedo acusador de un hombre encuentra siempre a una mujer.

Recordó que Nana le había dicho en una ocasión que cada copo de nieve era el suspiro de una mujer a la que habían ofendido en algún lugar del mundo. Que todos los suspiros subían al cielo, formaban nubes y luego se deshacían en trocitos diminutos que caían silenciosamente sobre las personas. <<Para recordar cuánto sufren las mujeres como nosotras. Con cuánta resignación soportamos todo lo que nos toca sufrir.>>


El matrimonio puede esperar; la educación no.


Una sociedad no tiene la menor posibilidad de éxito si sus mujeres no reciben educación.


Durante esa semana, Laila llegó a un convencimiento: de todas las penalidades que debía arrostrar una persona, la más dura era la espera.


Nunca dejaría una huella indeleble, como habían hecho sus hermanos, porque el corazón de su madre era como una playa donde las huellas de Laila se borrarían siempre bajo las olas de su dolor, que crecían y se estrellaban contra la arena, una y otra vez.


Confía tu secreto al viento, pero luego no le reproches que se lo cuente a los árboles. - Laila


Lo peor de haberse salvado era preguntarse quién había caído.


Su sombra surgía junto a ella en todos y cada uno de sus recuerdos…


Mariam oyó hablar de mujeres que se suicidaban por miedo a ser violadas, y de hombres que mataban a sus esposas o hijas, si las habían violado, apelando a su honor.


    Había pasado aquellos años escondida en un recoveco de su propia mente, en un campo seco y estéril, ajena a deseos y lamentos, a sueños y desilusiones. Allí el futuro carecía de importancia y el pasado sólo contenía una lección: que el amor era un error dañino, y su cómplice, la esperanza, una ilusión traicionera. Y siempre que esas dos venenosas flores gemelas empezaban a brotar en la cuartelada tierra de su campo, Mariam las arrancaba de raíz. Las arrancaba y las aniquilaba antes de que pudieran crecer.
    Pero sin saber cómo, en los últimos meses, Laila y Aziza se habían convertido en prolongaciones de su propio ser, y sin ellas, la vida que había soportado durante tanto tiempo, de repente le parecía insufrible.


El recuerdo de aquel día era una reliquia que ya no reconocía como suya.


Pensó en su tartamudeo y en lo que le había explicado antes su hija sobre fracturas de placas y potentes colisiones que ocurrían en las profundidades de la Tierra, y en que a veces en la superficie sólo se percibía un leve temblor...


Cuando se quedó sin palabras, descubrió que en cambio seguía teniendo lágrimas, y no le quedó más remedio que rendirse y llorar.


Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini

jueves, 24 de mayo de 2012

Hacia lo salvaje

Hacia lo salvaje, Amaral

Hacia lo salvaje
Cada golpe que le dieron era una cuenta atrás.

Antártida 
Ciclotímicos reflejos de lo que un día fueron tus ojos sobre mí.
Es como levitar sobre el dolor…

Si las calles pudieran hablar
Experta en hacerse daño, la vida le quema hasta matar…
Para ti siempre será el enigma de un árbol caído en completa soledad.
Sólo es humo su recuerdo.
La tristeza es infinita en sus ojos de gacela.

Robin Hood
En las cenizas del fracaso está la sabiduría.

Riazor
¿Quién dijo que no perdería el control cuando iba camino de la destrucción?
Obsesionada con ir más allá, para alcanzar la emoción perfecta.

Montaña rusa
A una montaña rusa subiré para cambiar el vértigo de amar, por la filosofía de caer, rendida ante un capricho del azar.
Y yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.

Olvido
Mi propio reflejo cayó en el olvido…
Siempre estás conmigo en una dimensión lejos del olvido.
Motivos me sobran para asesinar algunos fantasmas a golpe de olvido.

Cuando suba la marea
Estaríamos juntos todo el tiempo, hasta quedarnos sin aliento.
Por encima del mar de los deseos, han venido a buscarme hoy los recuerdos, de los días salvajes apurando el futuro en la palma de nuestras manos.

Como un martillo en la pared
Sé que es imposible que la envidia haya manchado tantas manos…
Ya no es importante quién tiró la primera piedra, porque las siguientes sepultaron mi alma de pies a cabeza.

Hoy es el principio del final
Y si pudiera congelar el tiempo y volverme cenizas, y deshacerme cuando sople el viento, que nadie sabe dónde habita. Y si pudiéramos ser algo más que polvo y energía. La luz de dos estrellas extinguidas.
Si no fueran nuestros sueños pesadillas, y todos los deseos utopías…